Cuando El Pibe me ponía los pases gol
En ese tiempo, ambos estudiábamos 5º de bachillerato, pero en diferentes jornadas y jugábamos en la selección del glorioso colegio Liceo Celedón. El papá, Jaricho Valderrama, era el profesor de educación física y a la vez el técnico de la selección. El Pibe, sin duda, era el número 10 y estoy hablando del año 1978. Yo jugaba de centro delantero.
Recuerdo que el día de la inauguración de un campeonato de intercolegiado que se jugaba en esa época, en el estadio Eduardo Santos, la única selección colegial que se presentó en el evento de apertura sin uniforme, fue la del Liceo, pues como no teníamos todavía, Jaricho nos dijo un día antes que asistiéramos a la inauguración con camisetas blancas y eso hicimos todos, pero con pantalonetas y medias de diferentes colores, lo cual atrajo la atención de algún dirigente o político egresado del Liceo y al día siguiente nos dieron la noticia de que, cada jugador, debía ir a la casa del hermano del profesor Jaricho, Toto Valderrama, para que nos entregaran los nuevos uniformes.
Para mi fue una sorpresa ver que no solo nos dieron camiseta, pantaloneta y medias nuevas, sino hasta zapatos o "casquillos" o "taches" nuevos, como le decíamos entonces e incluso espinilleras. Una vez, cuando practicábamos en la cancha llena de piedras del Liceo, Jaricho hizo dos equipos de la selección, es decir, los de la reserva y los titulares. Entre estos últimos, ni más faltaba, estaba El Pibe y yo, el primero porque era la estrella y el segundo, porque era el goleador de la selección, modestia aparte. En el equipo de la reserva, se hallaba el tercer portero de la selección, Adalberto Méndez González o el Piky o a quien también le decían "Ucha", por un arquero argentino que militó en el Unión Magdalena. El portero titular de la selección en aquella época era Carlos Ditta y el segundo, Rodrigo Almanza, quien también se convertiría más tarde en periodista, pero deportivo.
En un ataque, Carlos El Pibe Valderrama se perfilaba a hacer un gol, tras deshacerse de varios defensas y había quedado solo frente al portero Méndez, con quien quiso hacer lo mismo, es decir, "rajárselo", para quedar solo frente a la puerta contraria, sin embargo, "Ucha" medía casi 2 metros de estatura y era de contextura delgada, por lo que solo estiró una pierna y El Pibe no pudo "driblarlo" y cayó a tierra, lo que lo hizo enojar e intentar pegarle a Méndez cuando se levantó de inmediato, pero "Ucha" ya lo estaba esperando, en guardia como un boxeador con sus brazos extralargos como sus piernas.
El asunto no acabó en los puños, porque Jaricho de inmediato intervino. Desde entonces, a El Pibe se le quedó grabado el nombre de "Ucha" y muchos años después, cuando El Pibe ya era famoso y había jugado en el Montpellier de Francia y era el crack de Colombia, me lo encontré en un estadero llamado El Rancho de Wilson y le pregunté que si se acordaba de mí y me dijo que sí, al mismo tiempo que me preguntó por la vida de "Ucha" o Adalberto Méndez González, quien como yo, no siguió por el camino del fútbol, sino por los estudios y se graduó de ingeniero agrónomo. El Pibe se acordó del apodo de Méndez, porque sabía que él andaba conmigo, en ese entonces, para arriba y para abajo, ya que ambos vivíamos en el mismo sector del centro de la ciudad.
En la selección del Liceo Celedón, gracias a los pases de El Pibe, me constituí como goleador.
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