La App de Dios

 


Primer capítulo


Darwing Place inventó una aplicación que simulaba un canal para hablar con Dios. Lo había logrado con la utilización de una inteligencia artificial, la cual respondía todas las preguntas que le hicieran, como lo hace hoy en día el Asistente de Google. No obstante, antes de darla a conocer al mundo por Play Store, cuando la probaba por última vez, le ocurrió lo inesperado e inexplicable.


Le había hablado sin recibir a cambio una pregunta de él. El extraño suceso, al principio, lo confundió, por cuanto era imposible lo que acababa de presenciar. Sin embargo, la inteligencia artificial en su aplicación, le insistió en hablarle y hasta le preguntó, por qué se había quedado mudo o sin respuestas a sus cuestionamientos.


Darwing Place, todavía confundido por lo que sucedía con su aplicación inédita, solamente atinó a decir: ¿Quién eres? Sospechaba en un supuesto hackeo a su nueva App antes de salir a la internet. 


Desde esa aplicación, la voz, con un tono muy grave y en eco, que él mismo le había puesto para que se pareciera a la imaginaria voz de un Todopoderoso, le siguió diciendo: ¿Acaso los ratones te comieron la lengua?


Darwing seguía atónito e incrédulo y volvió a decir: "En serio, usted me cree idiota: salga de mi aplicación o lo denuncio por hackeo". Y la voz estruendosa en su App le insistió: 'Creaste una aplicación para hablar conmigo y ahora que te funciona en verdad ¿te sorprende y asusta?" Darwing volvió a guardar silencio. Se sintió estúpido por tener una conversación con su aplicación. 


Un par de minutos más tarde, durante los cuales la voz de trueno continuó interrogándolo sobre su mutismo e insistiéndole en que era Dios, se le ocurrió la idea de llamar a su amigo de confianza,"Chaqui Chan — así le decía él, porque nunca había aprendido a pronunciar bien su verdadero nombre chino —. "Hola Chaqui, necesito que vengas urgente a mi apartamento, para que veas un fenómeno único en mi App", le dejó dicho en el grabador de su móvil de alta gama.


"Chaqui Chan" era el único que sabía de su invento digital. Se conocían desde que ambos estudiaban ingeniería de sistemas en la universidad. Sin embargo, nunca le contestó. Pero la voz gruesa en su App le aclaró: "No insistas en llamarlo, porque él en estos momentos no sabe dónde dejó su móvil y lo está buscando como loco. Es más, él en este preciso instante viene hacia acá, para preguntarte si lo dejó aquí esta mañana, cuando vino a visitarte".


Darwing Place escuchó todo lo que le dijo la voz en su aplicación, pero no le respondió, para no darle importancia, por cuanto insistía en su presunción de que se trataba de algún hacker que buscaba asustarlo. Pero rápidamente cambió de parecer, cuando sintió el timbre en la puerta, la cual abrió de inmediato y se dió cuenta de que era su amigo el chino, quien le preguntó enseguida: "¿Dejé mi celular aquí?" "Claro que no", contestó rápido Darwing, aunque admitió que ya sabía que se le había extraviado. "¿Y cómo lo sabe?", Le preguntó asombrado su amigo Chaqui: "Si no se lo he dicho a nadie ", le confirmó.


Entonces Darwing aprovechó para contarle lo que estaba ocurriendo con su App y todo lo que le había estado diciendo sin siquiera él preguntarle nada e incluso, le dijo, que le había dicho que se le había perdido el celular y venía en esos momentos para su apartamento a ver si ahí lo había dejado abandonado. En su desesperación por hallar el celular, Chaqui Chan no puso en duda la versión absurda de Darwing sobre la autonomía de su App y fue al grano: 


"Bueno, si en verdad es lo que dice ser y supo lo que me había pasado, entonces debería saber también dónde se encuentra mi celular". Y antes de que se lo preguntaran, la voz en la App, les contestó: "Está en uno de los bolsillos posteriores de tu pantalón prelavado". Chaqui Chan se palpó los bolsillos posteriores y, efectivamente, en uno de ellos estaba su celular. Ambos palidecieron y se quedaron con la incertidumbre de si era o no en verdad quien decía ser.


Pero quisieron volver a ponerle más pruebas: "¿De qué color es el calzoncillo que llevo puesto", le indagó Darwing. "Rojo oscuro y con unas costuras negras", respondió la voz en la App. Chaqui Chan esperó la confirmación de Darwing y cuando la obtuvo, le inquirió a la aplicación: "¿De qué color tiene la pantaleta mi novia Maritza?" Y la voz de trueno le contestó: "De ninguno, porque no tienes novia".


Pese a que todo lo que le preguntaban, la voz en la App les contestaba con aciertos, todavía no se sentían seguros de lo que afirmaba ser. Y aunque no le encontraban lógica al asunto, le volvieron a tirar otra prueba fulminante: "¿En qué número va a caer el próximo Baloto?" Y la voz de la aplicación de Dios les respondió:


"En 13 54 22 65 32 con la super balota 29".


Como era jueves, debían esperar el sábado por la noche para confirmar el acierto, por lo que decidieron apuntar el número en sus celulares y seguirle el juego a la voz en la App, la cual les adivinó lo que en esos momentos estaban pensando: "Pero ustedes no se lo van a ganar".


Nota del autor: Sígueme para que, cuando estén listos los próximos capítulos, te enteres enseguida y siga disfrutando de esta historia llena de sorpresas y enseñanza pura.


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Álvaro Cotes Periodista